VRAEM: MOCHILEROS ABANDONAN CASI UNA TONELADA DE COCAíNA AL NOTAR A LA POLICíA
En un operativo meticulosamente coordinado por la División de Inteligencia Regional, el Frente Policial Vraem y el Ministerio Público, se asestó un importante golpe contra el narcotráfico internacional. Al verse descubiertos, un grupo de ‘mochileros’ abandonó un cargamento de casi una tonelada de cocaína en el principal corredor de la droga hacia el Alto Pichas, Cusco.
Al promediar las 09.15 de la mañana, los traficantes dejaron 395 kilos de alcaloide de cocaína en las coordenadas: S 12º 12’ 43.17” – W 73º 46’ 0.31”, jurisdicción del distrito Río Tambo, provincia de Satipo, región de Junín.
Una patrulla, que se encontraba en la zona, desde el 23 de abril, realizando operaciones contra el tráfico ilícito de droga y tratando de ubicar campamentos de traficantes, tuvo información de inteligencia sobre el desplazamiento de ‘mochileros’.
Cuando se desplazaron a las coordenadas indicadas, encontraron 28 mochilas improvisadas repletas de ladrillos de cocaína y detuvieron por las inmediaciones a Flauver Nadim López Fernández (24).
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Luego, otra patrulla de avanzada —que fue desplazada por vía terrestre por inmediaciones del centro poblado Pitirinquini, distrito de Pichari, provincia de La Convención, región Cusco— confiscó otro cargamento de más de 500 kilos de cocaína distribuidos en 40 mochilas, las que fueron abandonadas por otro grupo de mochileros, quienes huyeron al notar el acercamiento del personal policial, que estuvo a cargo del coronel Pedro Washington Solorzano Niño de Guzmán, jefe de la División de Inteligencia Regional y encargado del Frente Policial Vraem.
El oficial explicó que se realizó la extracción helitransportada del personal y de la droga con apoyo del componente aéreo del Comando Especial Vraem. Este procedimiento estuvo enmarcado dentro de las cooperaciones previas con la Fiscalía Provincial Especializada en TID sede Kimbiri, que tuvo como resultado la incautación de un importante alijo de cocaína que iba a hacer escala en Bolivia.
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De acuerdo con el informe de inteligencia, se trataría de una red delincuencial que fue reclutada para transportar a pie, y de manera sistemática, el estupefaciente, en una modalidad que es conocida como 'mochileo' u 'hormigueo' en el argot criminal del Vraem.
El transporte comienza en laboratorios de procesamiento de cocaína ubicados en plena selva. Allí les entregan la droga a los ‘reclutas’, quienes las guardan en mochilas para llevarlas hacia Alto Pichas.
Los ‘mochileros’ llevan los cargamentos, por lo general de máximo ocho a diez kilos, hasta puntos de acopio. Muchos de ellos se desplazan en pequeños grupos de diez a veinte personas, pero también se han llegado a descubrir otros grupos, entre 100 y 150 en total.
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